Desde hace años se viene recomendando la utilización de ozono como medida higiénica de seguridad, tanto en depósitos refrigerados de alimentos perecederos, como en cámaras frigoríficas de establecimientos mayoristas y minoristas, cámaras frigoríficas de restaurantes, grandes superficies, transportes refrigerados, etc.
El ozono activo asegura la destrucción de numerosos microorganismos que se encuentran en la superficie de los productos alimenticios antes de que estos sean introducidos en sus respectivas cámaras frigoríficas.
Al utilizar ozono en una cámara frigorífica, no necesita ventilar estos depósitos, con lo que se ahorra energía.
Mantiene la higiene y el control microbiológico ambiental.
Elimina virus, bacterias, hongos, esporas de mohos, etc., y evita la posterior aparición de hongos.
Evita el deterioro microbiológico que reduce el peso de los alimentos, y altera su sabor y aroma.
Elimina los malos olores y evita el cruce de aromas entre variedades distintas de alimentos.
Aumenta el período de conservación de las frutas, verduras y carnes.
A su vez, reduce las pérdidas de peso y la contaminación cruzada de éstas.
Elimina el etileno, disminuyendo la maduración acelerada.
Mata toda contaminación en la carne, dejándola blanda y con su color natural.
2 PPM de ozono es igual a 400 PPM de cloro.
Poderoso agente oxidante y antimicrobiano aprobado por la FDA, USDA y EPA.
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